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¿Qué es la conciencia corporal?

¿Qué es la conciencia corporal?
Un modo de escucharnos y reconocernos.
Un proceso para estar en movimiento interior.
Una técnica para aprender a recuperar nuestra sabiduría interior.
Un modo de promover el crecimiento personal.
Una teoría sobre el funcionamiento de la personalidad.

EL EMBARAZO AGUDIZA LA CONCIENCIA CORPORAL DE LA MUJER Y DE SU PAREJA

Puede transcurrir entre dos actitudes: una es la resistencia al cambio, la no aceptación del estado, y esto implica una lucha interior porque la mujer percibe al bebé como a un intruso que viene a entorpecer su vida, su rutina, su trabajo, sus estudios.
La otra es la apertura hacia el momento más creativo de la vida, un dejarse fluir por todo el recorrido físico y emocional que el embarazo implica.
Los cambios fisiológicos del embarazo son probablemente los más increíbles que un cuerpo sano puede enfrentar durante el transcurso de su vida. Muchos de estos cambios se producen en:
  • ​La Producción de hormonas.
  • Modificación del sistema óseo-muscular.
  • El Sistema cardio-circulatorio.
  • El metabolismo.​
Influencian el estado físico cuyas alteraciones más evidentes son:
  • La postura.
  • El peso.
  • El equilibrio.
  • La flexibilidad.
  • El tono muscular.
  • La respiración.
  • El nivel de energía.
Todo ello implica en la embarazada la necesidad de escuchar el cuerpo, reeducarse en cuanto a modificar los tiempos, los movimientos y su propio ritmo individual.
El cuerpo es energía, si aprendemos a identificar cómo fluye o se bloquea esa energía, estamos más en contacto con nosotros mismos, con nuestra esencia.
Tener un bebé es la transición más importante en la vida de una mujer. La experiencia puede ser fortalecedora y plena como puede hacer resurgir conflictos no resueltos y confrontaciones consigo misma. El objetivo de tener conciencia de lo que ocurre con ella misma es que se permita expresar y dejar salir sus emociones de manera de no almacenarlas en su cuerpo y bloquear así el trabajo de parto.
Según la teoría Biodinámica: en el cuerpo tenemos registradas todas nuestras experiencias traumáticas y dolorosas. Esto se imprime en nuestros huesos, músculos y tejidos. Muchas de esas experiencias datan de la gestación, el nacimiento y la primera infancia, dando lugar a contracciones musculares con las que el cuerpo trata de defenderse y que con el tiempo se hacen permanentes. Y la presencia de una potente “coraza muscular” implica no solo un cierto aislamiento del mundo sino de sí misma. Una mujer no puede vincularse con su hijo, ni con la experiencia de la maternidad, si está desvinculada de sí misma.
Esta “coraza muscular” se opone a los movimientos naturales de expansión, y significa una excesiva rigidez muscular que dificulta la dilatación y expulsión del bebé.
Según los seguidores de Wilheim Reich, el tipo de parto que vive cada mujer está en relación directa con la coraza muscular que la inhibe.​
Por ello, la preparación corporal que precisa una mujer embarazada debería estar encaminada no solo a fortalecer lo que está débil, sino también a desanudar lo anudado, a disolver la rigidez, a drenar los fluidos acumulados, devolviendo la flexibilidad y el tono de los  músculos y la elasticidad de las articulaciones.
Durante nuestro curso “Preparación al Nacimiento” se va estimulando en la pareja, dentro de una atmósfera acogedora, que propicia la intimidad, la observación de su propio cuerpo.
Abordamos la preparación desde la perspectiva de la conciencia corporal a través de la gimnasia, la higiene postural, la práctica de posiciones antálgicas (posiciones para aliviar el dolor del trabajo de parto), la respiración, la relajación y las visualizaciones.​
Lic. Isabella Polito de Lares
Doula. Educadora Prenatal

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