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El masaje en el embarazo y parto

El masaje en el embarazo y parto
Hemos explorado anteriormente la importancia de la Conciencia Corporal durante el embarazo y sus implicaciones a la hora del parto.
El Masaje como la vía que conduce a explorar el cuerpo y sus tensiones, como una herramienta de contacto físico-afectivo debería ser utilizado con más frecuencia en el trabajo de parto:
Ablanda la Coraza Muscular. La sensación corporal del contacto de una mano cálida sobre la piel reasegura a la mujer que tiene el apoyo que ella necesita, bien sea para aliviar un dolor físico, o para relajar músculos tensos.
Conecta con las Emociones. Hemos hablado de los bloqueos, si una mujer no deja fluir hacia fuera el torrente de emociones que conecta durante el trabajo de parto, esto puede dificultar la dilatación, inclusive entorpecer y detener el proceso del parto.
Estimula el Vínculo consigo misma, su Pareje y con el Bebé. La sensación del masaje permite focalizar la atención en sí misma; ¿qué zona está más sensible? Inmediatamente al identificar, al hacer consciente, respira y se relaja. La pareja o acompañante que aplica el masaje pueden detectar en sus manos la tensión, las diferentes temperaturas del cuerpo según la zona y aplicar más o menos intensidad en el toque.
La mamá se sensibiliza  con los movimientos de su bebé, se siente más en sintonía con él, sabe cuál posición agrada o no al bebé.
Conecta con el Placer.  Aumenta el flujo de endorfinas por lo tanto la percepción dolorosa disminuye. Se hace más tolerable.
Mejora la Comunicación con la Pareja. Todos sentimos el tabú del contacto físico porque en nuestra mente ese contacto va asociado con la relación sexual o coito. Las parejas se permiten la exploración en el masaje como un camino para conocerse mutuamente desde otra perspectiva no verbal. A través del masaje, se pueden percibir la blandura o dureza de la musculatura, la resequedad o tersura de la piel, la vitalidad de los tejidos, la energía como fluye.
La Respiración se Expande. Al haber una mayor relajación de los tejidos, éstos se oxigenan más. Hay más espacio interno para la circulación del oxígeno. Esto beneficia tanto a la madre como al bebé. La respiración se hace más profunda.
El pasaje del útero hacia la vagina y luego al exterior, ese recorrido estrecho, es el primer masaje que recibimos. Las contracciones uterinas son un estímulo táctil para el bebé.
Lic. Isabella Polito de Lares
Doula. Educadora Prenatal

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