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Mi experiencia con la lactancia materna a través de los años

Mi experiencia con la lactancia materna a través de los años

Algo de mi propia experiencia con lactancia materna.

Con mi primer hijo, fui completamente ignorante, supuse que lo lograría de una forma natural y espontánea. Pero no fue así, apenas logré amamantar durante tres meses. No tuve acompañamiento de nadie en temas de posiciones, libre demanda, etc etc. Y por supuesto hubo una bisabuela bien intencionada que le dio a mi primogénito un tetero de agua de arroz, y como se lo tomó… ¿viste? ¡Tenía hambre! Mi culpa fue tal que inicié a dar leche de fórmula…

Ni con toda mi buena intención fue posible, tenía 21 años, era muy joven y no había a mi alrededor una red de apoyo y contención. Ni yo sabía donde obtener información, ni siquiera imaginaba que en el mundo existían organizaciones y personas expertas en lactancia materna con las que podía obtener información y apoyo.

Aprendizaje: busca información, saber es poder.

Con mi segunda hija, Isadora, la historia fue diferente. Asistí a un curso prenatal en Buennacer  y ahí mi vida cambió totalmente. De hecho, decidí que quería ser doula, que ese era mi camino. La transformación que generó en todo mi ser, el tener un parto natural en agua, más la asistencia amorosa de mis doulas Magdalena Frigo, María Auxiliadora Díaz y Alba Pérez fue lo mejor que me pudo pasar.

No solo tuve un parto después de una cesárea, con la compañía de mis doulas amadas, sino que la lactancia materna fue exitosa.

Durante seis meses di lactancia exclusiva pero a los 8 meses quedé embarazada y mi pareja me dijo que tenía que suspender la lactancia materna (él no sabía que si se podía amamantar estando embarazada) 

Fue muy doloroso suspender el pecho por mi embarazo, era el año 1993.

Aprendizaje: Ya supe y ya pude, pero me faltó saber más, me formé como consejera de lactancia en el año 1998.

 

Con mi tercera experiencia de lactancia, fue muy difícil.

El año que nació Lucía nuestra vida de pareja estaba convulsionada, estábamos creando una clínica de parto natural, mi pareja estaba absorbido por el estrés que eso conlleva, me sentía sola. Estábamos de duelo, antes que naciera Lucía, tuve dos pérdidas de 10 y 12 semanas, y luego nuestro bebé Simón había muerto en el vientre durante el trabajo de parto. 

Yo estaba atravesando un momento intenso y duro con emociones muy contrastantes, alegría y dolor, estaba asistiendo a terapia individual y de grupo. La bebé no estaba subiendo de peso como se esperaba, y sentía mucha presión por eso, decidí darle fórmula, la amamanté hasta los 8 meses y medio.

Aprendizaje: es mejor una madre tranquila dando tetero que una madre estresada dando pecho. Se que esto es duro de decirlo, no soy una fanática a ultranzas de hacer cosas porque son buenas o mejores. Se que lactancia materna es lo mejor y que parir de forma natural y respetuosa también lo es, pero también aprendí  que cada caso es diferente y hay que estar en los zapatos de una madre para saber lo que ella sufre y padece y porque toma las decisiones que toma.

 

A la cuarta va la vencida o es a la tercera? en este caso fue a la cuarta.

Cuando nació nuestra nieta, toda la familia nos dedicamos a darle apoyo a la recién estrenada madre Isadora, de 21 años y a disfrutar plenamente de Leia Samantha. 

En la misma sala de recuperación, ayudé a colocarle la bebé en el pecho.

Desde ahí comenzamos a diferir, por no decir pelear, con la institución, porque querían llevarse a la bebé, darle prueba de tolerancia oral, y todas esas …..

En casa, fue difícil, se le agrietaron los senos, sentía mucho dolor, pero aplicamos todos los consejos que desde Costa Rica nos daba Waleska Porras, quien es experta consejera de lactancia materna, y la red de apoyo vía whatsapp fueron vitales para establecer la lactancia.

Isadora dio pecho hasta los dos años y unos meses.

Leia es una niña muy sana, gracias a Dios.

Lamento mucho que las mujeres se dejen arrebatar la lactancia materna por ignorancia, por el estrés continuo que viven las madres, por muchas razones que escucho día a día entre las gestantes a las que acompaño. Si he comprobado que desde el taller prenatal y con la asesoría de Beltrán Lares como obstetra y consejero de lactancia materna, hay otra posibilidad de generar madres y familias comprometidas con la mejor alimentación para el desarrollo físico, emocional e intelectual de sus bebés.

Han pasado más de 30 años desde que tuve a mi primer hijo y hoy acompañamos a las familias en sus procesos de gestación, parto, nacimiento y post-parto. Nos hemos preparado para ofrecer lo mejor de nuestro conocimiento y apoyo emocional en lactancia materna para que las madres no tengan que pasar por lo que yo pasé. He tenido que sanar una y otra vez mis experiencias de lactancia materna. He podido comprender además que el nutrir desde el corazón a mis seres amados es una forma de amamantar.

Me reconcilio conmigo misma cuando le doy a probar a mi nieta Leia nuevos alimentos y disfruto muchísimo ese intercambio de amor y energía que vivimos juntas. Con mis hijos también disfruto cada comida que compartimos y sano mi frustración de no haberlos amamantado como yo hubiese querido, cuando preparo los alimentos con dedicación y sazón. Es una forma de prolongar esa relación entre el seno materno y la crianza, y repetir a través de nuestras comidas un ritual sagrado que llena nuestro espíritu y nuestra barriga, ja, ja, ja.

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